No es de extrañar que los vídeos protagonizados por gatitos sean de los más populares en Youtube. Ver a estos pequeños felinos haciendo trastadas se ha relacionado con un aumento de energía y emociones positivas, y un descenso de los sentimientos negativos, en quienes los disfrutan. Y este es apenas uno de los beneficios de tener un gato.
Como mascota, el gato es aún un tesoro pendiente de descubrir para los amantes de los animales. Se ha asociado a ellos la injusta fama de ser demasiado independientes, ariscos y agresivos. Lo cierto es que se pasan la mayor parte del día durmiendo y, en general, son bastante cariñosos con sus humanos. Los beneficios de tener un gato son innumerables.
La realidad es que los gatos en el hogar inspiran sosiego y felicidad. Ya lo dijo el dramaturgo Jules Renard, “el ideal de la calma es un gato sentado”. Y es que su parsimoniosa manera de andar, sus relajantes posturas al dormir y su dulce ronroneo aporta a quien convive con ellos una sensación de placidez que puede explicar que diversos estudios hayan concluido que los dueños de gatos tienen menos probabilidades de morir de un ataque al corazón. Un estudio realizado en 2009 determinó, además, que el tener gatos está asociado a la disminución del riesgo de morir por enfermedades cardiovasculares.
“El ideal de la calma es un gato sentado”
Jules Renard
Las personas que sufren de cuadros depresivos también reciben los beneficios de la compañía de un gato, ya que mejora el estado de ánimo y aportan una distracción positiva. Adicionalmente, tienen la capacidad de calmar nuestro sentimiento de soledad. De aquí viene que haya una terapia conocida como “gatoterapia”, que consiste en permanecer en compañía de uno o varios gatos. Además, un minino en el hogar puede mejorar la interacción social de los niños que sufren autismo.
Los bebés y niños con tendencia a desarrollar asma pueden presentar una disminución de padecerla si crecen con un gato en casa, además de ayudar a los más pequeños a desarrollar su sistema inmunitario.
Y no olvidemos las grandes lecciones de vida que estos bigotudos nos enseñan:
- Nada es tan importante como para no echarse una siesta. Para ellos dormir es una actividad fundamental dentro de la rutina diaria. Y son expertos en elegir el mejor lugar para hacerlo.
- El fracaso nunca es una opción. Por difícil que sea el salto, por complicado que sea alcanzar ese juguete, nunca dejarán de intentar aquello que se proponen.
- Hay que vivir el momento. Ya sea ver el movimiento de una pelota en la pantalla del televisor o como cae la lluvia a través del cristal, su capacidad para concentrarse solo en eso, durante largos periodos de tiempo, es un ejemplo claro de la meditación activa que tan bien nos vendría practicar a los humanos.
- De vergüenza nada. Cualquier postura, caída aparatosa o extraña actitud que puede ser motivo para muchas risas, siempre merece la pena en el día a día de estos suaves peludos, por ridícula que sea.
- La estrategia es una virtud. Solo hay que observarlos cuando se preparan para ejecutar un complicado salto. Su mirada fija, los movimientos de su cuerpo, la posición de sus orejas y su concentración demuestran que hacen un estudio minucioso antes de lanzarse, aunque no siempre el resultado esté a la altura de su preparativos.
Por todo esto, y porque siempre nos sorprenderán con alguna ocurrencia, te invitamos a poner un gato en tu vida y ser uno más de los miles de “catslovers” que cada día se rinden ante los encantos de estos peludos de orejas puntiagudas, y disfrutan de los beneficios gatunos.