Es bien sabido todo lo que los perros pueden ayudar al ser humano en muchas actividades de guarda, salvamento o terapia, entre otras. Pero no se habla tanto de los beneficios que su compañía, como mascota, aporta a quienes comparten su vida con estos alegres peludos.
Para empezar, tener un perro en casa obliga a sacarle de paseo. Dos o tres paseos al día en su compañía ayudan a poner el cuerpo en movimiento, con todos los beneficios físicos que sabemos que tiene el ejercicio para la salud. Además, nuestra vida social se verá enriquecida. Los perros son excelentes en el arte de la socialización, siempre buscarán a otro can para jugar y eso hace que sus propietarios entablen conversaciones alrededor de sus amigos peludos, alejándolos de otros temas menos agradables.
Por otro lado, no cabe duda de que un perro es el mejor terapeuta a la hora de reforzar la autoestima de cualquiera. Y es que no importa quién seas, ni tu edad, apariencia física o situación económica. Para tu perro, siempre serás la mejor persona de todo el mundo y te lo demostrará a cada momento, porque estará pendiente de cada uno de tus movimientos, te preferirá antes que a cualquiera y estará contigo en las buenas y en las malas. Y ni hablar de la alegría con la que te recibirá cada vez que regreses a casa.
La capacidad que tienen los perros para comprender palabras de nuestro vocabulario y la entonación de nuestro discurso es una de las razones por las que empatizan tanto con las personas. Será por ello que, para muchos de nosotros, un perro es quien mejor nos comprende. Ellos saben muy bien que la compañía silenciosa es el mejor apoyo. No nos juzgan, sencillamente están allí y es lo que hace de ellos los mejores compañeros.
Por todos los beneficios emocionales que la compañía de un perro proporciona, no es de extrañar que quienes conviven con ellos presenten menos tasas de ataques cardíacos, depresión, niveles de estrés y mejor presión arterial.
Cada día son más los investigadores que apuestan por los perros para realizar terapias en niños con Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH), entre otras patologías. También son capaces de detectar diversas enfermedades en el ser humano y anticiparse a crisis en pacientes con hipoglucemia o epilepsia, por ejemplo. Sus enormes capacidades olfativas y auditivas hacen que participen con éxito en labores de salvamento en todo el mundo.
Aún nos falta mucho por aprender de los perros. Si convives con uno, seguro que no deja de sorprenderte, no solo por sus habilidades, su inteligencia o sus desarrollados sentidos, sino por la manera como entablan relaciones con quienes les rodean. Sin duda, es nuestro deber cuidarlos y quererlos como se merecen.