La Leishmaniosis canina es una de las afecciones más temidas por los veterinarios y los dueños de los perros. Aunque es más frecuente en Baleares, Ourense, Málaga y Cáceres, se diagnostica en cualquier región de España, sobre todo en perros, aunque también puede afectar a gatos y a personas. La prevención es fundamental.
Un insignificante mosquito, el flebótomo, es el responsable de una grave enfermedad, la Leishmaniosis. El protozoo Leishmania Infantum, necesita dos hospedadores, un flebótomo y un mamífero, para completar su ciclo vital.
La forma flagelada del parásito, el promastigote, se encuentra en el flebótomo. Las hembras, que son hematófagas, es decir, se alimentan de la sangre de otros animales, introducen el promastigote en la dermis de este segundo hospedador. Si un flebótomo hembra se alimenta de la sangre de un animal enfermo, comenzará otra vez el ciclo y la transmisión de la enfermedad.
Si, ante la picadura de un mosquito portador del protozoo Leishmania Infantum, la respuesta inmunitaria del animal afectado es ineficaz, el parásito se diseminará por todo el organismo, provocando lesiones y síntomas de la enfermedad.
Es en este momento cuando el promastigote es fagocitado por los macrófagos cutáneos y se transforma en amastigote, una forma intracelular y sin flagelo. A partir de este momento, el sistema inmunitario del hospedador, generalmente el perro, va a determinar el resultado de esta infección:
- Si la respuesta inmunitaria del perro infectado es efectiva, el perro no desarrollará síntomas (infección subclínica)
- Si, por el contrario, la respuesta inmunitaria es ineficaz, el parásito dentro de los macrófagos se diseminará por todo el organismo, provocando lesiones y síntomas de la enfermedad.
En este segundo caso, los amastigotes se multiplican rápidamente en los macrófagos y se distribuyen, bien libres o dentro de estas células, por todos los órganos del hospedador.
Primero llegan a la médula ósea, donde continúan multiplicándose, y luego migran a otros órganos (piel, hígado, páncreas, riñones, glándulas adrenales, tracto digestivo, ojos, huesos y articulaciones) pudiendo dar síntomas relacionados con todos estos órganos. Las lesiones que causa el parásito son debidas a las lesiones inflamatorias no supurativas y producción de inmunocomplejos circulantes, que produce el parásito.
La leishmaniosis no tiene predisposición de sexo o razas, aunque afecta más a razas grandes porque suelen ser las que viven más tiempo en el exterior de las casas, estando más expuestos al flebótomo, sobre todo en las horas crepusculares. El periodo de incubación de la enfermedad oscila entre tres meses y varios años.
Síntomas de la Leishmaniosis
Los perros infectados de Leishmania pueden presentar uno o varios de los siguientes signos:
- Pérdida de peso o escaso apetito.
- Aumento de tamaño de los ganglios (local o generalizada).
- Lesiones oculares.
- Diarrea crónica.
- Insuficiencia renal.
- Insuficiencia hepática.
- Epixtasis (sangrado de nariz)
- Lesiones cutáneas
- Anemia e, incluso, cojeras
Las lesiones cutáneas son las más frecuentes, suelen ser dermatitis seborreica seca, con descamación, alopecia y sin prurito. También lesiones nodulares, erosiones y úlceras en la piel y zonas mucocutaneas, vasculitis, sobre todo en bordes auriculares, alopecia en párpados, crecimiento excesivo de la uñas.
Las lesiones oculares pueden ser desde blefaritis costrosa, queratoconjuntivitis serosa, incluso uveítis, generalmente bilateral.
La pérdida de peso o el escaso apetito son característicos, en mayor o menor grado, en muchos de los casos y en ciertas ocasiones se observa una marcada atrofia de los músculos faciales. Algunos perros manifiestan diarrea crónica del intestino grueso asociada a melena (sangre en heces), debido a la existencia de colitis ulcerosa.
La glomerulonefritis causada por inmunocomplejos es otro de los hallazgos más frecuentes de la Leishmaniosis canina. Los signos clínicos provocados por esta lesión son proteinuria, que evoluciona a insuficiencia renal, pudiendo causar la muerte a los animales en casos graves.
¿Como se diagnostica la Leishmaniosis canina?
El diágnostico se basa en los signos clínicos y en las alteraciones de los análisis de sangre y proteinogramas. Además, existen pruebas más específicas como la observación directa del parásito por citología o anatomía patológica en las aspiraciones de médula ósea o ganglios.
Utilizamos también técnicas serológicas cuantitativas (Inmunofluorescencia indirecta IFI y ELISA) y cualitativas (tests rápidos). También se utilizan las técnicas moleculares PCR (Reacción en cadena de la polimerasa).
¿Cuál es el tratamiento que se aplica, una vez diagnosticada la Leishmaniosis canina?
El tratamiento actual de la Leishmaniosis canina conduce a una mejoría clínica notable y rápida, pero sabemos que no está asociado con una eliminación completa del parásito de los tejidos. En la mayoría de casos, se recomienda un tratamiento combinado que incluye un fármaco leishmanicida y un fármaco leishmaniostático. Además de tratar, dentro de lo posible, los signos que cada animal puede presentar.
Durante el tratamiento, se realizaran al animal afectado revisiones y después, mediante analíticas cada 6 meses, se controlan las posibles recidivas (Repetición de una enfermedad poco después de terminada la convalecencia).
Cómo prevenir la Leishmaniosis canina
La prevención incluye la aplicación de un insecticida tópico de acción prolongada durante todo el periodo de actividad de los flebótomos. Para ello, se usan pipetas o spot-on, con efecto repelente, durante 3 o 4 semanas, y collares cuyo efecto puede durar 5 y 8 meses según su composición.
Un enfoque multimodal considera el uso combinado de repelente y vacunas para una óptima prevención de la Leishmaniosis. Los repelentes reducen el riesgo de infección y la vacuna reduce los riesgos de propagación de la enfermedad y el desarrollo de los signos clínicos.
El diagnóstico temprano de esta enfermedad es determinante para detener su desarrollo a través de un correcto tratamiento. Aún así, la prevención siempre es la mejor opción. No esperes a la llegada del mosquito transmisor, consúltanos y utiliza el sistema de protección más apropiado para tu mascota. Y no te olvides de otros parásitos externos transmisores de enfermedades.