Vacunar a tu animal de compañía no solo es administrarle anualmente las dosis correspondientes y poner un sello en su cartilla veterinaria. La cita para la vacunación debe incluir un protocolo que puede decirte mucho acerca de la salud de tu perro, o gato, y de los cuidados que necesita.
Para comenzar, tu veterinario debe tener a la mano el historial de tu mascota, para hacer un repaso de su estado previo y actualizar la información acerca de su evolución. Es el momento perfecto para que le plantees las dudas y preocupaciones que tengas acerca de su salud y bienestar.
El profesional veterinario debe informarte sobre el riesgo de las enfermedades que afectan a los animales de compañía de no llevarse a cabo una pauta correcta de vacunación, los efectos secundarios que pueden presentarse y cómo actuar al respecto.
Antes de poner las primeras vacunas, o de reforzar las que ya tiene, es necesario efectuarle a tu mascota un examen físico general para descartar cualquier problema de salud.
Es muy importante que le indiques a tu veterinario si tu amigo ha presentado algún síntoma de enfermedad (vómitos, diarrea, falta de apetito, delgadez…) o si has observado recientemente algún cambio en sus hábito.
De cualquier forma, tu veterinario debe realizarte preguntas para conseguir toda la información relativa al estado de salud de tu mascota para asegurarse de que no exista una razón para posponer la aplicación de alguna vacuna.
Posteriormente, el veterinario determinará o ajustará el plan de vacunación personalizado para cada mascota. Este dependerá de su edad, estado de salud, hábitos de vida o cualquier otro condicionante.
Es importante saber que las vacunas pueden provocar efectos adversos no deseables en las primeras horas posteriores a su aplicación, por lo que debes observar a tu mascota e informar a tu veterinario si aprecias en ella malestar, anorexia, inflamación facial, picor, dolor o cualquier otra señal que te llame la atención.
Cómo ves, la administración de las vacunas no es solo efectuar unos pinchazos. Debe ser realizada de manera correcta y segura sólo por un profesional.
Ahora sí. Tu pequeño amigo y tú podéis abandonar la consulta de tu veterinario con la tranquilidad de que tu mascota ha recibido una revisión completa y de que está protegida de las enfermedades más comunes.
Y es que siempre es mejor prevenir que curar.